martes, 11 de octubre de 2011

Titán 2011



6ª participación en el Titán, y aún así, los días previos, con nervios. La tarde antes, llegamos con el tiempo justo para recoger el dorsal. Este año me acompañan Cristina y Estrella, menos mal, porque el resultado hubiera sido bien distinto si no llegan a venir. Echo en falta el ambientillo con mis compañeros de club, sobre todo, para reirte un rato y no ponerte nervioso.

La noche la paso tranquilo, duermo como un lirón pero antes de que suene el despertador ya estoy despierto. Tengo tiempo de sobra, bajo a desayunar al restaurante del hostal. El día amanece, el cielo despejado y ya a esas horas sopla viento. Preparo las últimas cosas, me despido de mis niñas y me bajo al pantano en bici. Justo cuando salgo del pueblo, en terreno menos protegido por la montaña, el vietnto sopla de lo lindo, y en una curva bajando me llevo ya el primer susto.

El tramo de la presa resulta dificilísimo mantener la direccionalidad en la bicicleta. El viento entra de levante y nos viene justo de costado. MIro la hora. 8.00 en punto. Uff, si esto pega aquí y a esta hora, cómo tiene que pegar allá arriba, en el Boyar o en Las Palomas y 2 horas más tarde.

Los preparativos en boxes son raros. No encuentro momento de concentración a pesar de que llevo el IPOD. La megafonía impone su ley y cada 1´tengo que escuchar "el viento este año hará que la prueba sea más dura y extrema..." Como si no me lo hubiera imaginado ya! Salgo de boxes para no seguir "machacando" a mi cabeza con el viento, pero al salir te das cuenta que Don Eolo sopla intenso, esperando a que salgas al ruedo para ponerte una banderilla de sufrimiento más.

El agua, inimaginable. Lejos de ser un pantano, parecía un mar enrabietado. A última hora cambian el sentido de la natación, supuestamente para "suavizar" un poco el sufrimiento en el agua, pero el cambio, a mi entender, resulta peor. Dos vueltas. La 1ª a un triángulo más estrecho, y la 2ª, un triángulo más amplio para incorporar otra boya más.

Salida desde el barro-gravilla, porque en el agua no se podía estar por las olas. Hasta la primera boya, olas totalmente en contra, en el giro, nos entra de costado por un lado y el sol por el otro. Así consistió la natación. Y a todo esto, añadirle los golpes. No recuerdo haber nadado tan mal en un triatlón. La 2ª vuelta viene mi primer momento crítico: el abandono. Si estoy sufriendo tantísimo aquí, qué es lo que me espera en la bici???? No puedo quitarme esa sensación, y la natación pasa a convertirse en un mero trámite para salir e irme al hotel. Nado desganado, pero sufriendo por el fuerte oleaje, los golpes y el sol. Pienso cómo abandonar: cogería la bici y saldría de boxes y me iría directo al hostal.

Salgo "zombie"del agua. Veo el tiempo. 32´y algo. Y la inercia me empuja a trotar. Hay bastantes bicis. Llego al box y me tomo la transición hiper lenta. Allí me encuentro a Cris y a Estrella que están animándome y les digo que no, que no sigo. Pero Estrella no logra entenderme y sigue gritando... Vamos papi, ... Después de casi 5´ deambulando, Cris me dice: Inténtalo! Palabra mágica. No se me viene a la cabeza los duros entrenos en solitario, o cuando Tete me sacaba de tuerca en las subidas a la Fuente, o cuando Fernan me picaba de que no haría el Titán solo. En ese momento, me dejo llevar por esa palabra "inténtalo".

Salgo de boxes, y en la primera recta por la presa, es imposible soltarse del manillar para cerrarse zapas o tomarse agua. Me doy cuenta que el pulsómetro no lo he encendido (muestra de la concentración y ganas de competir... que llevaba) Me todo las primeras rampas como un test. Las piernas van bien, muy sueltas y el pulso controlado. Voy cogiendo a bastante gente y esto me hace pensar que he perdido mucho tiempo en la T1. A mediación de las Palomas, se me sale la zapatilla derecha varias veces del pedal. No tengo bastante ya con el viento. También esto! Pie a tierra. Aprieto cala, vuelta a pedalear , pero seguimos en las mismas. Voy pidiendo a los jueces si hay coche mecánico o puesto técnico, pero no saben. La cala ha perdido un trozo de goma y eso es lo que hace que se me salga.

Ya lo tengo claro, en Grazalema, lo dejo. 2º momento critico. No puedo ponerme de pie en la bici ni tampoco hacer un pedaleo redondo porque sino, vuelve el problema.

Corono el puerto con 55´, 5´más que el año anterior. La bajada a Grazalema, mejor de lo que esperaba dado que estamos en una zona más resguardada. Poco a poco "vuelvo" a la carrera. Intento evitar en todo lo que me preocupo y me centro, sin antes llevarme algún que otro susto, sobre todo el tramo de Benaocaz por las rachas de viento, o en la bajada de Ubrique a EL Bosque porque se me salió la zapatilla de nuevo y apenas falto nada para pegarme una ostia a 70 km/h.

Llegamos al Bosque y comienza el Boyar. Hasta Benamahoma el viento parece darnos un respiro, aunque ya nos han avisado (el de la megafonía, por supuesto) que nos daría de cara. Creo que ha sido la mejor subida que he hecho en el Boyar. Fui de menos a más, con muy buenas sensaciones de piernas, y recuperando posiciones. Incluso ahora el aire lo prefiero porque refresca el intenso calor que hace.
ambiente, increíble. Ha sido la edición con mayor número de aficionados. La subida se me hace cortísima, breve bajada y Las palomitas.

En la bajada, veo que uno se ha caido y por cómo se ve, la cosa es grave. Eso me hace tener más precaución si cabe, sobre todo porque el viento en esta vertiente sí que nos da de cara-costado o a favor según tomes la curva.

Intuyo por la hora, que he hecho un tiempo similar al del año pasado (y eso que el viento ha sido protagonista) y me pongo a correr con muchísima seguridad. Las piernas van de lujo, pero pongo un ritmo comodo para controlar el pulso. Pero las piernas piden más y les hago caso. Incremento el ritmo y sigo con muy buenas sensaciones.

A la vuelta de Algodonales, me voy acordando de mi "petada" corriendo el año pasado en la subida a la presa, pero este año sé que no se producirá. Me encuentro bien. Me pasa Bea con un ritmazo, la única creo que lo hace en carrera, y decido seguirla. Justo antes de llegar a la presa doy caza a Ferni, que me dice que va muy justo y no me sigue. En el tramo llano, Bea me deja, pero vuelvo a adalantarla en las subidas.

En toda esta parte voy disfrutando, como nunca. Y todavía me quedan 3 kms de subida al pueblo, lo peor, pero ya sé que está terminado. Sigo trotando, subida arriba, tengo aún fuerzas. La inmensa felicidad que llevo hace que incluso que un tirón en el isquio derecho no me obliga a pararme cuando los que venían corriendo conmigo me lo decían... (me acuerdo de la situación de Tete y Paco en Sierra Nevada.... Ni loco, me paro.

Al llegar a la plaza, los pelos de gallina, un ambientazo. Allí están, Cris y Estrella esperandome. Las saludo y Estrella se me viene conmigo corriendo toda la recta de entrada a meta. Yo estaba exhultante. 4 horas antes, me hacía en el hostal, pero ahora, estaba allí, cruzando de nuevo la meta de mi 6º titán y con Estrella radiando felicidad!

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